Carmelo Patti es una figura emblemática en la vitivinicultura argentina, reconocido por su enfoque artesanal y su compromiso con la calidad. Nacido en Enna, Sicilia, emigró a Argentina con su familia tras la Segunda Guerra Mundial. Desde joven, se involucró en la elaboración de vinos, influenciado por su padre, quien producía vino de mesa en casa. En 1986, Carmelo emprendió su proyecto personal, enfocándose en la creación de vinos de guarda prolongada, una práctica poco común en Argentina en ese entonces. Su primer Cabernet Sauvignon bajo su propia marca se lanzó en 1989, seguido por un Malbec en 1990 y su reconocido blend «Gran Assemblage» en 2002.La bodega, ubicada en Perdriel, Luján de Cuyo, Mendoza, se caracteriza por su producción limitada y su filosofía de mínima intervención, utilizando técnicas tradicionales y evitando el uso excesivo de sulfitos. Los vinos de Carmelo Patti son conocidos por su elegancia, longevidad y expresión auténtica del terroir mendocino.