Ubicada en El Peral, Tupungato, en el corazón del Valle de Uco, La Florita es un proyecto vitivinícola artesanal que combina el respeto por el terroir con una mirada contemporánea sobre el vino argentino. En sus viñedos, cultivados con prácticas sostenibles, conviven variedades tradicionales como Malbec, Semillón y Sauvignon Blanc, junto con apuestas menos convencionales como el Syrah cofermentado y los cortes con criollas. Su filosofía se basa en intervenir lo menos posible en bodega para que cada etiqueta exprese con fidelidad el carácter único de su origen. El nombre «La Florita» rinde homenaje a la fauna y flora local, y en especial a las lechuzas que habitan el viñedo, símbolo de equilibrio ecológico y guardianas silenciosas del lugar. Con partidas limitadas, fermentaciones espontáneas, uso de racimo entero, levaduras indígenas y crianza en barricas usadas o ánforas, sus vinos buscan pureza, frescura y tensión. La Florita se destaca por su compromiso con lo natural, la honestidad enológica y el profundo respeto por el entorno mendocino.