Historia
Juliana Rauek, enóloga, y Felipe Azcona, ingeniero agrónomo, fundan un proyecto familiar de vinos artesanales en el Valle del Pedernal en 2013. Con 15,000 botellas anuales, planean triplicar la producción tras restaurar una antigua bodega en 2023, buscando exportar y desarrollar relaciones comerciales a largo plazo. Su misión es elaborar vinos que reflejen el terroir, mejoren la comunidad y evolucionen con el tiempo, destacando la extrema naturaleza del Pedernal a través de colores, aromas y sabores únicos.
A Traves de Mis Ojos Finca «TinCa»
«¿Por qué temer a un sombrero?» Inicia la primera lección de El Principito. La boa que engulló al elefante simboliza lo invisible, lo olvidado en la adultez. Buscamos un lugar especial: «Me gustaría que te vieras a través de mis ojos. Así notarías tu singularidad para mí», como lo expresó Frida Kahlo. Deseamos que la parcela Quebrada de los Sombreros revele el elefante en la boa, la singularidad especial que representa el pedernal para nosotros.
Parcela a 1,450 metros, plantada en 2010 con pie franco, orientación norte, siendo la primera en brotar. Rodeada de vegetación nativa. En 2020, notamos ríos subterráneos dentro del cuartel, donde el suelo era más extremo y la planta entraba en otoño antes.
Terreno calcáreo y pedregoso extremo, condiciones difíciles para el crecimiento, pero sin compactación; las raíces superan los 2 metros. Cosecha realizada por polígono de suelo y observación de las plantas, de forma manual en cajas.
Vinificación y crianza: Proceso sencillo. Despalillado con 10% de racimo entero, pisoneo y balde, sin remontaje. Prensado manual. Crianza en 1 barrica de tercer uso durante 12 meses. Posteriormente, almacenado en una pileta subterránea durante 1 año.